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Chilenos comprando ropa en Tacna (La República)

Tacna, la hora de un pacto cívico por su futuro.

Sin unión serán eternos los 85 años de promesas incumplidas.

Ernesto Yepes Del Castillo.

Publicado: 2014-04-14

Publico este artículo del Dr. Ernesto Yepes con mucho agrado e interés porque él es tacneño y es un estudioso y conocedor de la historia de la región fronteriza, durante la Guerra del Pacífico y los posteriores 50 años del cautiverio. Ha publicado recientemente el libro "El Informe Secreto Pershing - Lassiter" con todo lo acontecido en Tacna y Arica antes, durante y después de la firma del Tratado de 1929. Con este conocimiento de la Historia es que tiene una visión clara y actual de la realidad social, económica y geopolítica de nuestra frontera sur y a través de esta nota nos da un campanazo de aviso de lo que viene sucediendo.

Jorge Delgado.

En 1929, después de la firma del Tratado entre Perú y Chile que decidió el destino de Tacna y Arica, el gobierno ordenó celebrar el acuerdo por todo lo alto, había que presentarlo como el más grande logro diplomático del Perú. Tacna había sido recuperada sin un disparo del poder de Chile luego de intensas negociaciones gracias, según se dijo, “ a la habilidad y patriotismo del presidente Leguía”. 

La documentación histórica ha revelado posteriormente el contenido y avatares de esas negociaciones y lo que realmente ellas significaron para Tacna y el Perú. Pero ese es un tema que va más allá de estas notas.

Hoy, 2014 también tocan las trompetas. Esta vez celebramos otra recuperación. Festejamos el haber conseguido que nos devuelvan una parte del mar que perdimos el siglo pasado en los escritorios de nuestra elite burocrática limeña amparada en el silencio institucional del país. Celebramos entonces haber hecho lo que era nuestro deber: enfrentar durante tres gobiernos los errores cometidos y romper la inacción cultivada por aquellos que en su tiempo no hicieron lo que les correspondía hacer.

Por supuesto durante las celebraciones de 1929, como en las de hoy, todo el Perú ha reconocido que Tacna ha sido la gran perdedora de nuestros desencuentros. Pero ese reconocimiento tiene sus límites y sobre todo una duración muy frágil. En agosto de 1929 todo el Perú vibraba comprometido con Tacna. A los pocos meses la ciudad heroica dejó de ser noticia. Para la Lima frívola solo lo que estaba en los titulares de la prensa era prioritario, por tanto lo que ocurría en el sur pasó a interesar solo a unos pocos. Pronto el olvido cubrió el recuerdo de Tacna. Y prácticamente nada de lo prometido se hizo realidad.

En 1935 un acontecimiento en cierto modo rutinario sacó a la luz el centenario abandono en que vivía la frontera sur. El Ministro de Relaciones exteriores Dr. Carlos Concha viajó a Tacna para ver la situación de la región, especialmente su problema portuario. 

El Comercio, La Prensa, La Crónica, estuvieron entre los diarios capitalinos que registraron las frustraciones de los pobladores sureños. Lo que esa población esperaba, luego de 50 años de cautiverio y seis de haber regresado al Perú, era que no quedaran en meras palabras las promesas hechas por Lima luego del retorno: 

1) Una salida propia al mar.

2) Conexión directa con el altiplano boliviano. 

3) Agua para cultivar la tierra y soporte técnico agropecuario.

A decir verdad, el viaje del ministro Concha no era rutinario. Su destino en realidad no era Tacna, era Sama. Había ido allí para ver las posibilidades de construir en esa zona un puerto para Tacna pues eso era más factible que obligar a Chile a honrar su compromiso de construir “un puerto dentro del puerto de Arica” para la ciudad heroica. En realidad Tacna tuvo que esperar 65 años para recibir de Santiago un muelle inútil que es una burla al Tratado de 1929. Lima por su parte no le va a la zaga a nuestro vecino en eso, se olvidó de Sama.

Con respecto a la salida al mar no sabían los tacneños de entonces (1929) ni ahora (20014) que Chile, desesperado por quedarse con Arica había estado dispuesto a construir un puerto para Tacna en cualquier punto de la costa peruana al norte de Escritos (Concordia). Entre los puntos ofertados estaba, precisamente Sama. Tampoco sabían que el dinero estimado para construirlo había sido recibido por Leguía.

En relación a la conexión con Bolivia, era y es vital para Tacna recuperar su ligazón con el altiplano pues desde tiempos inmemoriales era vía Tacna (abra del Tacora) que esa región se articulaba con el Pacífico. Pero como Lima regaló a Chile el Tacora (que no pertenecía a Arica), recuperar esa milenaria articulación altiplano boliviano-Tacna-Océano Pacífico requerirá de más recursos e imaginación.

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De las celebraciones de 1929 a las de 2014 han pasado 85 años. Como hemos visto la algarabía oficial es casi la misma. Ese paralelo no nos preocupa Lo que nos inquieta inmensamente es que después de esos 85 años, las promesas hechas en Locumba por el gobierno actual en lo fundamental sean las mismas que las que se ofrecieron a Tacna en 1929. Y que sólo el mencionarlo parece una ironía cruel: un puerto para Tacna frente a Sama, salida directa al altiplano boliviano, y más agua y apoyo para su desarrollo agropecuario. 

Los reiterados errores de Lima después de 1950 han semi-enclaustrado a Tacna. Le han arrebatado esta vez gran parte de su mar. Y para calmar las aguas que ya no tiene, le ofrecen hoy las mismas cosas que le ofrecieron hace 85 años. Con un ingrediente adicional: que primero Tacna fundamente técnicamente lo que Lima no cumple hace 85 años. Y que luego haga cola en la ventanilla de cada ministerio… del próximo gobierno.

Es esta Lima que prácticamente monopoliza el Estado y la llave del futuro, la ciencia y la tecnología, la que hoy debe honrar sus obligaciones frente al más fiel de sus pueblos Ni un minuto debe perder en desandar lo andado Sus mejores capacidades y mayores talentos deberían en este momento estar actualizando los estudios técnicos y financieros que supuestamente desarrollaron sus especialista durante tantas décadas de olvido. Tomando en cuenta, naturalmente, el nuevo entorno internacional y las nuevas posibilidades que nos plantea la sociedad del conocimiento.

Es lo mínimo que cabe en estas circunstancias. Y por supuesto una Comisión Especial del más alto nivel adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros debería monitorear la ejecución de esa propuesta en el más breve plazo y no devenga otra vez en una espera interminable. Para eso no necesitamos trompetas ni discursos. Solo voluntad y decisión para para poner fin a 85 años de incumplimiento e incompetencia disfrazados, sin pudores, de publicitada aversión al chauvinismo.

Pero sobre todo necesitamos unidad . La misma unidad que mantuvieron los tacneños durante 50 años para resistir al invasor, cuando no había autoridades oficiales pero cada quien sabía qué hacer. Y lo hicieron subordinando lo personal a lo colectivo, el presente por el mañana…

Hoy a diferencia de 1925, tenemos gobierno regional, autoridades municipales, gremios patrióticos, profesionales, laborales, empresariales, universidades, maestros, intelectuales, dirigentes de trabajadores, de comerciantes y de otros servicios. Hoy necesitamos que todas esas cabezas sigan la huella de nuestros ancestros, depongan por un momento sus desencuentros de cualquier tipo y personificando al pueblo de Tacna, al de todas las raíces y distritos, suscriban un Pacto Cívico por Tacna. Conformando algo parecido a un "Comité de Emergencia en pro del Futuro de Tacna". Un cuerpo formado por quienes viven en Tacna y son capaces de levantarse por encima de las discrepancias a fin de defender los derechos e intereses de la región en todos los escenarios que se vienen.


Escrito por

Jorge Delgado

Cineasta, Productor Cultural, aficionado a escribir. De Piura, como el piajeno. Autodidacta, lo sigo siendo. Amante del país.


Publicado en

El piajeno

Un espacio que busca contribuir a la reflexión y a la discusión de las ideas y prácticas que se dan en mi sociedad, la peruana.