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Foto: Lino Chipana. Archivo El Comercio

LAS ATADURAS DE VERÓNIKA MENDOZA

Publicado: 2015-09-27

La Vero

Verónika Mendoza es una de las personalidades más interesantes de la nueva generación de la política peruana. A sus 35 años ya es candidata a la presidencia de un sector de la izquierda peruana y tiene un rol destacado como congresista. Es honesta con lo que cree y tiene una palabra creíble y respetable ante la opinión pública. Ha logrado además una sólida formación académica en Francia, lo que le permite aprender y entender con criterio acerca de los diferentes temas que aborda. Se muestra como una persona sencilla, sensible, emotiva y tiene además el plus de encarnar la dulzura de la mujer serrana y es dueña de una particular belleza natural que tiene encandilados a muchos de sus probables votantes.


Las candidaturas de las izquierdas.

Quien gane la candidatura del Frente Amplio o Únete Perú –si acaso la presidencia de la república- no solo será una persona, ganarán la línea política que representa, su programa y su organización, con su propia visión del Perú y desde su particular forma de ser de izquierda. Trayendo sus posibilidades o limitaciones para hacer alianzas y tener capacidad de renuncia a algunas banderas o asumir otras nuevas. La experiencia demuestra que las alianzas son necesarias para poder gobernar con un poder que le de estabilidad y seguridad. Significa también ejercitar su convocatoria a personalidades independientes, tanto de la propia izquierda como de otros sectores democráticos. Para gobernar el Perú es imposible hacerlo con las propias fuerzas o solo con los amigos, con arrogancia, sectarismo o hegemonismo. El fracaso de la gestión de Villarán y Fuerza Social es un claro ejemplo, fueron un compendio de todo ello y pagaron con creces el haber dejado fuera del gobierno municipal a Tierra y Libertad y a Patria Roja, a quienes les debían el triunfo electoral.

Debería ser un consenso que las izquierdas necesitan depurarse no solo de algunos viejos líderes si no también de nuevas y nuevos jóvenes personajes que ya aparecieron con los mismos vicios o con las mismas anacrónicas ideas y estilos. Pero sobre todo necesitarían romper viejas ataduras a algunas formas de hacer política y de relacionarse con el pueblo y con la sociedad en su conjunto, no solo con las vanguardias organizadas de las luchas reivindicativas. Necesitan también -si se asume el reto en serio- de una nueva utopía, de un debate regenerador de las viejas y anquilosadas teorías del socialismo y las revoluciones de los siglos XIX y XX y cómo se aplicaron en otras partes del mundo y por qué han fracasado. ¿Qué se entiende por ser de izquierda y ser socialista hoy y aquí en el Perú?.


Vero candidata

Antes que lo anunciara supe que Verónika sería candidata cuando apareció inaugurando la XIV Marcha del Orgullo LGTBI. Repitiendo las viejas malas costumbres y estilos que tanto critican los jóvenes de la “nueva izquierda”, como por ejemplo, que los líderes de los partidos se monten sobre las marchas y mítines, encabezándolos y quitándoles el protagonismo y el liderazgo a los reales líderes populares, gremiales o de los movimientos sociales. A ella como congresista y líder de un partido que se identifica con el movimiento LGTBI le correspondía acompañar, apoyar, pero no liderar y menos “inaugurar” la marcha. ¿A cuenta de qué ella lo hizo?. A mi que no me digan que esa “invitación” no tuvo la intencionalidad política de darle el protagonismo que su futura candidatura necesitaba. Yo ya he visto esto antes muchas veces, son las viejas formas que durante décadas practicaron los partidos utilizando el movimiento popular para sus propios réditos políticos. Verónica y quienes la invitaron no son l@s únic@s jóvenes atad@s a los viejos estilos, otr@s de su generación también hacen lo mismo demostrando que el oportunismo se forja desde la juventud.


Raíces ideológicas y políticas.


Para entender el actual pensamiento político e ideológico de Verónika tenemos que remontarnos al origen y matriz de su partido porque de ella solo sabemos –por declaración propia- que se inició en el PNP hace 10 años. Ahora tiene 4 de congresista, pero de los otros 6 no se le conoce participación política en alguna organización de base, movimiento social, cultural, distrital o regional. Su experiencia política se limita a ser congresista y es pequeña. Su curriculum francés parece interesante pero para una docencia universitaria. Se hizo amiga de los Humala-Heredia en París y con ellos se entusiasmó para entrar en la política (no entiendo cómo es que nunca se dio cuenta de la clase de gente que eran). Después de su renuncia al nacionalismo se le conocen sus vínculos con el Movimiento por el Poder Popular.

 El MPP  salió de Tierra y Libertad, no fue una tendencia diferente a la mayoritaria, eso es normal que exista en un partido, ellos se constituyeron como una facción, que no es lo mismo. Actuaron como tal hasta que rompieron en bloque. 

Lo que los identificó desde un principio fue la consigna Crear, Forjar Poder Popular, de ahí su nombre. Las consignas no son lemas líricos, ni emocionales, ni lúdicos, que están fuera del contexto y coyuntura que se vive políticamente. Son mensajes que las organizaciones dan a su militancia y al pueblo señalando su quehacer, su táctica, sus demandas y sus objetivos estratégicos. 

Esta consigna la dan el MIR chileno liderado por Miguel Enríquez, los socialistas radicalizados representados por Carlos Altamirano y el MAPU dirigido por Oscar Garretón, respondiendo a la crisis del gobierno de la Unidad Popular. Era una respuesta ante el avance del fascismo -representados por Patria y Libertad- que ya salía a las calles y boicoteaba el mercado buscando la caída del gobierno. Estas organizaciones le plantean al gobierno de la UP (Socialistas con Allende y el PCCh) armar los Cordones industriales y los Comandos comunales auto organizados y convertirlos en soviets para la revolución. Allende se niega porque son un poder fuera del control del gobierno y del PSCh y porque sería desatar la guerra civil. Chicho creía en la revolución por la vía pacífica y confiaba en Pinochet. La Historia de su fracaso ya la conocemos.

He comentado todo esto para explicar el contexto histórico, único, irrepetible que vivió Chile en 1973 y que no tiene absolutamente nada que ver con la realidad peruana, ni con nuestra Historia, ni con el proceso social que vivimos hoy el 2015. Por lo tanto, agitar esa consigna copiada y calcada y aplicada mecánicamente pretendiendo creer que existen situaciones y condiciones revolucionarias o para crearlas donde no existen, a pesar de no haber condiciones materiales y organizativas, es decir, objetivas. Y que además tampoco está en la mente, ni en el corazón, ni en la aspiración del pueblo peruano de hoy, es decir, no existen condiciones subjetivas. Agitar Crear, Forjar Poder Popular es hoy y aquí una apuesta entre emotiva, ingenua, posera, dogmática y aventurera y quienes la agitan lo hacen porque viven atados al pasado de una izquierda que fue revolucionaria en los años 60s siguiendo el ejemplo cubano. Recurriendo a Lenin –que sabía por experiencia de lo que hablaba- les sugeriría estudiar el caso histórico que señala en su clásico La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, lo encontrarán -espero- aleccionador.

Un fantasma en pañales recorre parte de la América Latina y de nuestra patria: el fantasma del izquierdismo, enfermo de infantilismo, que se ha vuelto una enfermedad crónica y que durante más de una década la hemos tenido que sufrir en la peor y más estúpida de sus manifestaciones: el terrorismo. Esta izquierda “revolucionaria”, “anticapitalista”, que no propone nada concreto como alternativa, ni de modelo, ni de sistema, ni de cómo salir del capitalismo, salvo consignas y fantasiosos futuros y mitómanas promesas. ¿Qué le pueden decir que sea realista a los campesinos e indígenas ante sus demandas de “carretera noqayku munayku”, herramientas, créditos, educación y capacitación porque necesitan y quieren integrarse al mercado, por supuesto a un comercio justo, soberano y antimonopólico. 
Lo único que la izquierda infantil y la ortodoxa saben hacer, no de ahora, desde hace más de 40 años, es seguir su línea espontaneísta y dogmática, esperando treparse sobre las luchas sociales y las demandas del pueblo porque cree que ese es el camino de su “revolución”. Ya esa izquierda se hizo vieja lamiéndose la frustración y las heridas de sus derrotas, buscando ahora como consuelo y “pensión 65” un puesto en el futuro Congreso. Pero resulta que también ahora aparece una nueva que ¡levanta las banderas del poder popular! que los propios pueblos crean sin su ayuda y sin su dirección.
             

 Sembrar  


De Crear, Forjar, a …… Sembrar solo hay pequeño paso semántico, casi poético diríamos. ¿Cuánto del Movimiento por el Poder Popular es Sembrar?. ¿No forman parte de la nueva organización los mismos cuadros y representantes?. Probablemente la nueva militancia electoral –sobre todo la de provincias- lo ignore, pero la propia Vero se encargó de disipar dudas en el discurso fundacional de Sembrar. Ella está convencida que las luchas sociales son gestoras de una Revolución.


L@s romántic@s seguramente se emocionaron con sus palabras revolucionarias. Probablemente hay quienes le han creído y están tan convencidos como ella y creen que ganando las elecciones van a “revolucionar el país”. ¡A mi que me lo explique mejor!. Salvo la dictadura de Velazco no hemos tenido otro gobierno que pretenda hacer una revolución desde arriba, que ya no sería de “participación plena” si no de “poder popular”. Los nacidos antes de 1980 ya hemos pasado por eso, las revoluciones burocráticas desde arriba no funcionan, traen desgracias hasta para los supuestos beneficiarios, destrozo de la economía y conflictos con muertes. ¿Está segura la Vero con qué organizaciones de base existentes se haría esa revolución?. ¿Cuál es su soporte político?. ¿Se ha puesto a pensar qué haría Sendero en estas circunstancias, si ni siquiera los pueden controlar y evitar que se camuflen en las marchas y que causen destrozos y cumplan su viejo rol de provocadores en las luchas regionales?. ¿Los han enfrentado?. ¿Cómo puede hablar tan ligera e irresponsablemente y decir que no le asusta una “Revolución”?. ¿Sabe que eso es guerra civil?. ¿Cuántos muertos ha calculado?. Su atadura al discurso revolucionario no es más que otra forma de dogmatismo y de sostener un discurso que más que representar un pensamiento es una simple creencia de capilla.
¿Cuál es la experiencia internacional que le va a servir de modelo a esta revolución?. El MPP es abiertamente pro ALBA. ¿Lo es también Sembrar?. En Venezuela existe a todo dar el discurso del Poder Popular desde el estado mismo. Chávez siempre decía “Mi General Velasco” y visto lo que se ha hecho con la Revolución Bolivariana, esto se parece mucho a un velasquismo con plata del petróleo, militares incluidos en las esferas del gobierno. Para gusto de nuestros “revolucionarios”, infantiles u ortodoxos, en Venezuela existe una Ley Orgánica del Poder Popular, financiado por el Banco Bicentenario de las Comunas. Es decir, un “Poder Popular” controlado y financiado desde arriba, en términos velasquistas: un SINAMOS. 

Si bien esta crítica puede parecer sesgada acerca de la experiencia venezolana, no pretende ser de una condena absoluta acerca de logros sociales que podría haber conseguido y que es necesario investigar más en profundidad. Sin embargo, su gobierno -desde Hugo Chávez- si bien fue elegido en elecciones libres, actúa cada vez más como una dictadura con reminiscencias velasquistas y de apropiación y utilización absoluta de los poderes del Estado como hicieron Fujimori y Montesinos. 
El populismo autoritario es opuesto a un gobierno democrático que respete los DDHH. Tampoco veo una oposición democrática que le ofrezca una salida independiente y soberana al pueblo venezolano, como la que desarrollamos contra el fujimorismo. La oposición más visible se parece mucho a la de la vieja derecha latinoamericana moldeada y orquestada por los medios de Miami.


La esperanza


Retomo mis primeras palabras para reconocer y valorar la aparición de Verónika Mendoza en la política peruana y particularmente en la izquierda. Pero este reconocimiento no puede ser ciego, sordo y mudo a sus problemas de experiencia y formación, y principalmente a una línea política que no considero propia de una nueva izquierda, si no todo lo contrario. Su juventud y su belleza no pueden ocultar como una careta la vejez y fealdad de posiciones que lejos de construir un poder democrático y ciudadano nos pueda llevar al oscurantismo de las dictaduras que, como dijo Santiago Carrillo una vez: Dictadura, ni la del proletariado.




Escrito por

Jorge Delgado

Cineasta, Productor Cultural, aficionado a escribir. De Piura, como el piajeno. Autodidacta, lo sigo siendo. Amante del país.


Publicado en

El piajeno

Un espacio que busca contribuir a la reflexión y a la discusión de las ideas y prácticas que se dan en mi sociedad, la peruana.