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Saturno devorando a uno de sus hijos Francisco de Goya.

SATURNO DEVORANDO A PPK

El mito romano de Saturno contaba que éste, sabiendo que estaba destinado a ser derrocado por uno de sus hijos decidió devorarlos a todos al nacer.

Publicado: 2017-12-19

Pedro Pablo Kuczynski Godard, uno de los más reputados tecnócratas-empresarios, que impulsó el Modelo Neoliberal desde el poder durante el gobierno de Alejandro Toledo, que forma parte de la élite plutocrática surgida con este modelo económico, social y cultural al que Cecilia Méndez ha llamado la República  Empresarial, hoy como Presidente del Perú está siendo fagocitado por el partido fujimorista, ADN y representante del Neoliberalismo impuesto con la dictadura cívico-militar de Alberto Fujimori, convertido hoy en el Saturno devorando a PPK.  

Hagamos un poco de memoria y contexto:

El Modelo de la República Empresarial

El neoliberalismo, impulsado por el Consenso de Washington solo puso énfasis en la libertad económica, el crecimiento económico, la predominancia del mercado y la negación de todo tipo de participación por parte del Estado en la economía, aunque se tratara de espacios estratégicos para la seguridad nacional y el desarrollo, para las situaciones de desastres naturales y de agresión externa. 

La imposición del neoliberalismo exigió recortes de impuestos para las grandes empresas, el aplastamiento de los sindicatos, la desregulación ambiental, la privatización del Estado, el remate de las empresas estatales, la externalización y la competencia en los servicios públicos y la eliminación de toda forma de planificación estratégica por parte del Estado. A través del FMI, el Banco Mundial, el Tratado de Maastricht y la Organización Mundial del Comercio, se impusieron estas políticas sin el consentimiento democrático de la ciudadanía. Como señaló Pinochet -el ejemplo de liderazgo para las élites peruanas- Mi preferencia personal se inclina hacia una dictadura liberal en lugar de hacia un gobierno democrático desprovisto del liberalismo. La Democracia liberal no fue definitivamente parte de su interés.

El modelo se impuso continuando con la historia de las clases dominantes que adecuaron a éste su tradición rentista, mercantilista y plutocrática. Sin ápice de nacionalismo, asociadas a intereses foráneos y sin importarles la Historia y la seguridad nacional, han preferido acomodarse como furgones de cola de proyectos empresariales de países vecinos con pretensiones hegemónicas regionales.

La República Empresarial y la Corrupción 

La alianza de los empresarios con la dictadura fue win to win, Fujimori ganó en prestigio, en justificación para sustentar su dictadura, en tener libertad para hacer sus propios negocios junto a su socio Vladimiro Montesinos (a) El Doctor y en poder incorporarse a la clase de los nuevos ricos . A cambio de ello, la élite burocrática-empresarial, la de las “puertas giratorias”, tomó las riendas de la economía, aplicaron el modelo y con ello se beneficiaron, porque, en realidad, más que impulsar una economía liberal clásica de libre mercado, lo que hicieron fue implantar el mercantilismo más corrupto y lucrativo de la historia peruana.

La historia del neoliberalismo en el Perú asociada al gobierno de Alberto Fujimori está signada por la historia personal de los ministros de economía que implantaron el modelo y generaron una direccionalidad para los que vendrían después. Ver: Los Ministros de Economía de Fujimori (1990 - 2000). Jinre Guevara Díaz. 2014. LaMula.Pe

Esta élite burocrática-empresarial generada en el gobierno de Fujimori mantuvo el control de la economía, del modelo, durante los siguientes gobiernos de Toledo, García, Humala y permanece ahora en el de Kuczynski. La corrupción inherente al modelo involucró a la clase empresarial, a los presidentes, a casi toda la clase política vinculada a ellos y funcionarios de todo nivel.

La Crisis del Modelo

El modelo neoliberal ha llegado a su límite y a su recta final. Los precios de los minerales cayeron y el exitoso crecimiento económico, ejemplar en América Latina “no se cae, pero se desploma”. Lo que está quedando de él ha sido el enorme enriquecimiento de un pequeño sector aumentando el abismo social entre los peruanos. Tal como en la época del guano la acumulación de riqueza no ha servido para organizar el Estado, forjar el sentido de identidad de la nación y crear más país. Las élites han demostrado que no aprendieron, no cambiaron, no apareció ningún Manuel Pardo y Lavalle y perdieron todas las oportunidades tenidas. Las clases altas, la “gente decente” no estudiaron la Historia y a pesar del esfuerzo no organizado de algunos, como clase no han sido capaces de liderar un proyecto de país, que manteniendo su dominio, puedan convocar a toda la sociedad a una unidad nacional, a una mejor calidad de vida y de desarrollo.

El develamiento de la corrupción generada por los vínculos políticos y empresariales con los empresarios brasileños liderados por la Organización Odebrecht ha puesto de manifiesto que en todos los gobiernos, desde el de Fujimori hasta el actual, la corrupción ha sido lo permanente y continuo, el vaso comunicante en todos ellos. En parte por la permanencia de una tecnocracia que supo generar una posta generacional con una misma idiosincrasia y sentido de “dueños del país”. Las “puertas giratorias” dentro de sectores claves como economía, producción, minería, industria, concesiones, comercio y turismo ha sido la norma.

El ejemplo más claro de esta continuidad es la empresa JJ Camet Contratistas Generales, la constructora de la familia del desaparecido Jorge Camet Dickman, que creció 77 veces entre 1992 y 1993, según investigaciones de la Comisión de Delitos Económicos y Financieros del Congreso en el Área de Adquisiciones y Licitaciones Estatales. Ahora Fernando Martín Gonzalo Camet Picone, presidente de JJ Camet, está preso –como lo estuvo su padre- por haber sido uno de los socios de Odebrecht.

Si bien han quedado al descubierto los vínculos corruptos con las empresas brasileñas, queda en agenda para el Perú investigar los relacionados con las empresas chilenas que se han establecido con muchas facilidades y privilegios. Desde las compras baratas de las empresas estatales hasta el convenio de “Cielos Abiertos” que ha logrado que la empresa chilena LATAM (Ex Lan Chile) tenga predominio en el mercado nacional. Recordemos también que Vladimiro Montesinos, en una declaración judicial, confesó que Andrónico Luksic Abaroa donó dos millones de dólares para la campaña de Alberto Fujimori, a cambio de mantener la planta de Lucchetti en Los Pantanos de Villa. Lo último ha sido conocerse la participación del elegido presidente Sebastián Piñera, como socio del consorcio Kuntur Wasi, que pretendía construir el aeropuerto de Chinchero, junto con el grupo de las expertas en las “puertas giratorias” y con el aval del Presidente Kuczynski. Queda mucho que investigar acerca de la presencia chilena en espacios estratégicos para la seguridad nacional y el desarrollo del país, como son los puertos y aeropuertos.

Saturno devorando a PPK

La última elección presidencial enfrentó a Pedro Pablo Kuczynski, antiguo amigo y admirador de Alberto Fujimori con Keiko Sofía Fujimori Higuchi, la primogénita y sucesora del fujimorismo. Esta fue su desgracia. A pesar de mantener la misma fe en el modelo neoliberal, que los podría haber puesto de acuerdo para gobernar –como soñaba la derecha pituca y naif- tienen una diferencia insalvable, son proyectos de clase e ideología diferentes. 

PPK a pesar de su posición conservadora manifestó desde el inicio de su campaña un carácter democrático liberal –al estilo del sector de derecha del Partido Demócrata de los EEUU- de respeto a las instituciones del Estado y la independencia de poderes, esto le hizo ganar el apoyo de la derecha liberal y la izquierda defensora de los Derechos Humanos y las libertades ciudadanas en su enfrentamiento al fujimorismo. 

Keiko y sus partidarios, haciendo respetar su tradición han demostrado lo que la ciudadanía que se opuso a su victoria electoral sabía, que es esencialmente una expresión del conservadurismo y autoritarismo más tradicional, que nos recuerda a los partidos fascistas y sus métodos violentos, utilizando la fuerza y no la razón que le da ser mayoría en el Congreso. 

El fujimorismo sigue siendo hoy como ayer sinónimo de Golpe de Estado, de utilizar el copamiento de las instituciones estatales para remplazar al gobierno por uno suyo. Con apoyo de una base social marcada por la falta de educación, pobreza y de intereses inmediatistas y pragmáticos, imbuídos en la economía informal y en la delincuencial, con la aceptación o sin la oposición de esa población. 

Los métodos violentos y de intención de derrocar a un gobierno democrático se conocen históricamente como Putchismo. Como lo definió Mao Zedong: El putchismo es, por su origen social, una combinación de la ideología lumpenproletaria y la pequeño burguesa. No es casual que entre las filas fujimoristas aparezcan personajes vinculados al narcotráfico, al lavado de activos y la corrupción y/o que pertenezcan a sectores emergentes rabiosamente arribistas, sin ética, sin ideología, con poca educación, escasa cultura, aspiracionales a ser “blancos” y en busca de una fácil notoriedad que les de más poder y una mejor ubicación social.

Francisco Durand señala: Más allá de las tensiones socioculturales del Perú actual entre encumbrados y emergentes, lo que realmente pesa es que hay fuego cruzado entre todos los implicados en el caso Lava Jato, sean o no de alcurnia. Es decir la signos de corrupción investigados por la Fiscalía de la Nación preocupan de forma alarmante a la clase política en general, empresarios y funcionarios de todo orden, algunos “encumbrados” ya cayeron, la sombra alcanza ya a Fuerza Popular y al Apra y por ello su desesperación por copar cuanto antes las instituciones del Estado como lo hizo Alberto Fujimori en el poder. Un primer paso –aunque no el más importante- es vacar al Presidente por tener indicios bastante atendibles de corrupción durante su gestión en el gobierno de Alejandro Toledo, pero estos todavía no están investigados y aclarados por la Fiscalía y sentenciados por el Poder Judicial. En este asalto, en realidad, los objetivos más importantes son la Fiscalía de la Nación y el Tribunal Constitucional.


Final Abierto

La amenaza al orden democrático perpetrada por el fujimorismo a través del pedido de vacancia al Presidente, con el abierto apoyo del Apra -que tiene mucha experiencia histórica en conspiraciones desde el Congreso- y la irresponsable y ciega complicidad del Frente Amplio, que no alcanza a distinguir al enemigo principal, tendrá su desenlace dentro de las próximas 48 horas.

Pocas veces hemos sido testigos de la mansedumbre, soledad y mala defensa con que quien detenta el poder ceda el cuello para que ser desangrado tan fácilmente como el presidente Pedro Pablo Kuczynski, desgraciadamente su caída arrastra al país. Ha sido la ciudadanía, desde diferentes sectores no vinculados al gobierno, profesionales, políticos extra congresales con experiencia de gobierno, periodistas independientes, líderes de opinión en las redes sociales, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, de Derechos Humanos, feministas, jóvenes de los sectores populares y emergentes, estudiantes de las universidades estatales, ciudadanos comunes indignados son quienes han salido al paso para detener y derrotar el putchismo fujimorista y lo están haciendo en las redes sociales y contundentemente en las calles. La ciudadanía ha sabido actuar con mesura y firmeza, con madurez y sapiencia, con espíritu democrático y republicano. Así como le salió al paso para obstaculizarle el triunfo electoral a Keiko Fujimori ahora sale nuevamente a enfrentarlos con la convicción de que deben marcharse todos los políticos –sea quien sea- coludidos con la corrupción y que para ello es preciso dejar actuar a la Fiscalía de la Nación y que se siga el debido proceso y con el debido respeto a su investidura al presidente Kuczynski. La vacancia no debería prosperar.

La historiadora Carmen MacEvoy nos ha recordado en reciente publicación una lección de la Historia: Ya Francisco de Paula González Vigil había alertado, diez años antes de la catástrofe del Ejército peruano en Ingaví, sobre la soberbia y el autoritarismo de Gamarra en esa frase de antología: “Yo debo acusar, yo acuso”. Recordando, asimismo, que los peruanos no eran “vasallos de un rey” cuyas órdenes se ejecutaban sin réplica, sino “ciudadanos de un pueblo libre”.


Escrito por

Jorge Delgado

Cineasta, Productor Cultural, aficionado a escribir. De Piura, como el piajeno. Autodidacta, lo sigo siendo. Amante del país.


Publicado en

El piajeno

Un espacio que busca contribuir a la reflexión y a la discusión de las ideas y prácticas que se dan en mi sociedad, la peruana.